No importa la estación del año: un cabello reluciente, fuerte y saludable siempre es un objetivo. Pero en invierno, cuando las temperaturas en el exterior se reducen por debajo de los cero grados, la imagen de nuestros peinados se queda corta. Las ráfagas de viento, el aire seco de los interiores, esconder el cabello dentro de un gorro... todo parece estar en contra del cabello. A todos nos suenan los cabellos estáticos, la grasa del cuero cabelludo, la escasez de volumen, la deshidratación, el cabello maltratado (puntas) y los filamentos rebeldes. ¿Cómo debería cuidarse el cabello en invierno?
El invierno no es (¡para nada!) una estación del año amiga del cabello. Cuidar incorrectamente el cabello provoca un fuerte desgaste de las estructuras capilares internas y externas, incluyendo los bulbos pilosos. Y es que el cabello está sometido a cambios de temperatura brutales y muy drásticos: aire helado de afuera y aire caliente y seco de adentro... no es una buena combinación para un buen peinado.
El hecho de ponerse un gorro y una bufanda o resguardar el cabello bajo un jersey de cuello alto no tiene los efectos previstos en el cuidado capilar. El cabello se aplasta y se queda sin volumen, el cuero cabelludo carece del riego sanguíneo suficiente, el cabello se engrasa y el pasamontañas rompe las puntas. La consecuencia es que el peinado pierde vitalidad y esplendor. ¿Cómo devolver al cabello su brillo, vitalidad y fuerza para que no se maltrate en el riguroso invierno?
Los días fríos son sinónimo de un cabello bastante más graso, consecuencia de usar un gorro cálido. El cabello no se conserva fresco, y a su vez el cuero cabelludo soporta el exceso de sebo debido a que las glándulas sebáceas se activan con mayor intensidad. Con el fin de preservar el volumen del cabello, siéntase libre de lavarlo a diario: escoja un champú natural equilibrante y delicado.
Si rocía un chorrito de champú en seco en las raíces, pongamos por caso, antes de una cita importante, se salvará del peinado de gorro. Gracias a este producto, las raíces se elevan, se da volumen y se retiene la secreción abundante de sebo. En cualquier caso, lo más importante es que no se convierta en un hábito. Al aplicar un champú en seco, se aconseja lavar el cabello al otro día.
Si quiere salvar el cabello de la sequedad del aire, suminístrele la humedad justa. Se trata de una regla válida tanto para el largo del cabello como para el cuero cabelludo, que suele deshidratarse a causa del aire sobrecalentado que desprenden los calefactores y las secadoras. A lo largo del invierno, el cabello va perdiendo agua a gran velocidad y sus cutículas se erizan. A consecuencia de ello, es más susceptible de maltratarse.
Aportar hidratación constituye la base del cuidado capilar - aparte de contar con un tratamiento normalizador, hay que escoger un champú hidratante (montones de champús indicados para el cabello graso incorporan además componentes que preservan la hidratación del cabello y el cuero cabelludo).
Los novedosos productos capilares micelares están especialmente formulados para el invierno. Son muchos los que depuran delicadamente el cuero cabelludo, sin dejarlo seco. Las mascarillas/acondicionadores capilares hidratantes y los tratamientos herbales para el cuero cabelludo son una elección estupenda, pues calman el cuero cabelludo irritado y atrapan la humedad.
En caso de que su cabello reclame hidratación a gritos, acuda al salón de belleza y sométase a un [tratamiento capilar con vapor], un método rápido de nutrición. Para que el efecto perdure el mayor tiempo posible, lo mejor es que lo realice en casa utilizando un tratamiento de aceite capilar. Hágalo por lo menos una vez a la semana.
Independientemente del uso habitual de un champú equilibrante, un tratamiento con aceites capilares garantizará el equilibrio del cuero cabelludo. Las virtudes exclusivas de los aceites naturales (en particular el aceite de jojoba) conservan el cuero cabelludo limpio y sin exceso de sebo.
Si se trata de un cabello sumamente graso, es preciso recurrir a productos que actúen de forma intensiva. No basta con un champú equilibrante para acabar con la sobrecarga de sebo. Si sufre este inconveniente, haga [una exfoliación del cuero cabelludo] una vez por semana (compre un exfoliante ya hecho o prepare el suyo con aceites naturales). Con el exfoliante no sólo se suprime el excedente de sebo, sino que también se libra de la retención de productos, toxinas varias e impurezas. La exfoliación incrementa el flujo sanguíneo, transporta oxígeno a las células de la piel y activa los bulbos para que el cabello crezca más deprisa. Es más, el exfoliante es un gran remedio para el cabello aplastado y apelmazado: basta con un cuidadoso masaje en el cuero cabelludo para elevar las raíces y darle volumen.
Las puntas del cabello son las que sufren daños a mayor velocidad - es la parte del cabello que lleva más tiempo en nuestro cuerpo. De ahí que dispongan de tiempo para maltratarse a causa del mal clima, un cuidado inapropiado del cabello y un corte insuficiente. Se trata del fragmento de cabello que más rápidamente se reseca, queda sin color y se quiebra. Por lo general, las puntas del cabello están muy esponjadas y es precisamente en esta parte del cabello donde se inician los daños de las estructuras internas.
Por eso lo más aconsejable que puede hacer es cortar las puntas a menudo y protegerlas del aire seco y las temperaturas adversas con un sérum especial. Fuera de los productos elaborados a base de silicona, [los aceites naturales] también desempeñan esta función: protegen el cabello no solo por fuera (dejando una capa microscópica que lo protege de los daños), sino que además fortalecen las estructuras capilares más internas y no dejan que las puntas se abran.
La parte más importante del cabello es el bulbo piloso - en caso de que éste se debilite, el cabello se desprenderá sin dificultad del folículo piloso. Para colmo, el crecimiento del cabello empeora. Es posible que las hebras salgan más débiles y más propensas a lesionarse. Si el gorro, la escarcha y el aire caliente le ponen las cosas difíciles a su peinado, el cuidado capilar debe centrarse sobre todo en la administración de tratamientos con aceites capilares. Mediante la aplicación de aceites naturales tanto en el cabello como en el cuero cabelludo, se fomenta su funcionamiento, se nutre la matriz capilar y se suministran abundantes y valiosas vitaminas, fitoesteroles, flavonoides y ácidos grasos omega. [El tratamiento con aceite capilar] constituye la mejor y más efectiva herramienta terapéutica casera con la que puede regalar a su peinado.
Mechones rebeldes: representan la amenaza invernal que numerosas mujeres intentan erradicar. Normalmente aparece en cabellos frágiles y delgados, pero a veces los cabellos gruesos y pesados también caen derrotados por el aire seco, los gorros o los detergentes que empeoran la estática capilar.
Por eso, si sus mechones tienden visiblemente a ir en distintas direcciones y la rutina diaria de peinarse sólo consigue que parezcan peores, intente utilizar un champú rico en aceites naturales (compre un producto ya preparado o bien incorpore una o dos gotas de un aceite natural a un champú convencional).
Otro buen remedio consiste en usar un spray especial antiestático. Proporciona el mejor resultado si se rocía por dentro del gorro y sobre la bufanda y si se impregna suavemente el cepillo antes de peinar el cabello. Y a propósito de cepillos, puede que también estén causando la electricidad estática. De ser así, cámbielo por un peine de madera de dientes amplios: ahuyentará la estática a la vez que cuidará su cabello y masajeará el cuero cabelludo.
El problema más grave del invierno es el volumen (siendo más precisos, la falta de él). Con el objetivo de conservar el volumen de su cabello, pruebe algunos trucos de eficacia probada. No cabe duda de que la máxima prioridad es el masaje del cuero cabelludo, por ejemplo, el masaje que se hace al aplicar los tratamientos de aceite capilar. Además de nutrir los bulbos, eleva las raíces y confiere cuerpo y volumen al cabello.
Otra buena solución es secarse el cabello con la secadora boca abajo. Una vez que el cabello ya esté levemente húmedo, ponga una loción de peinado ligera, natural y sin productos sintéticos.
Además, un gel casero a base de semillas de lino le sentará muy bien. En invierno, para impedir que el cabello se apelmace, recurra a un acondicionador y un champú ligeros. Con ello estará totalmente segura de que su cabello obtiene los cuidados apropiados y de que los productos no perturban el equilibrio del cuero cabelludo.
Cuando el cabello entra en estrecho contacto con las condiciones climáticas adversas, se fragiliza y maltrata más deprisa - es lógico. Es una pena que en invierno, por mucho que regrese a casa en un lugar cálido, su cabello no tenga la oportunidad de descansar, puesto que el aire seco y sobrecalentado también le hace pasar un mal rato.
Uno de los elementos fundamentales del cuidado capilar en invierno es proteger el cabello de posibles daños. Los aceites naturales y los tratamientos caseros a base de aceites capilares resultan dar los mejores resultados, ya que funcionan de diversas maneras: no sólo cuidan el cabello desde la parte exterior, sino que también reparan la estructura interna y fortalecen los bulbos.
Lo ideal es que escoja el aceite más apropiado para la porosidad y el estado de su cabello: debería realizar una prueba online de porosidad capilar y seleccionar la mezcla de aceites adecuada. Para el cuidado capilar de invierno se recomienda uno de los tres [aceites capilares Nanoil], destinados a diferentes porosidades, tipos y estado del cabello.
La presencia de alcoholes en los productos favorece la absorción. A largo plazo, los alcoholes de cadena larga no perjudican el cabello. Lo malo es que casi todos los cosméticos incorporan como mínimo un alcohol de cadena corta extremadamente deshidratante, que produce sequedad capilar y actúa como comedogénico en el cuero cabelludo si se emplea habitualmente. Dentro del grupo de los nocivos para el cabello se incluyen el alcohol denat, el alcohol bencílico, el alcohol etanol y el alcohol isopropílico (IPA).
Las siliconas agresivas presentes en los productos ejercen la misma función que los alcoholes "malos", deshidratando e irritando el cuero cabelludo. A la hora de comprar productos para el cuidado capilar en invierno, hay que huir de las siliconas como la simeticona, la trimeticona o los trimetilsiloxisilicatos.
Planchas calientes, secadora con aire seco y escarchado... pueden ser excesivos para su cabello. Si realmente desea hacer todo lo que esté a su alcance para conservar la vitalidad de su cabello y no dejarlo dañado, use la plancha ocasionalmente o renuncie a ella. Así salvará su peinado de cambios irreversibles en su estructura. Al secarlo con la secadora, aplique una corriente de aire frío: el cabello no sufrirá pérdidas de humedad ni de agua. Por otra parte, las cutículas se sellarán para un cabello luminoso y glorioso.
Desde luego, queda prohibida esta práctica sin importar la estación del año en la que nos encontremos. No obstante, no olvide que secarse exhaustivamente el cabello con una toalla, sumado a unos meses de condiciones inadecuadas (tanto por dentro como por fuera), puede provocar daños en el cabello con el doble de rapidez. Un secado agresivo con toalla o acostarse con el cabello mojado puede terminar en quiebre capilar y queratina externa deteriorada posteriormente (cuyo propósito es proteger el cabello del daño y la resequedad).
Está claro que vale la pena optar por productos para el peinado a base de plantas naturales. Al fin y al cabo, le dan la posibilidad de peinarse, nutriendo y protegiendo al mismo tiempo. Por el contrario, si abusa de las espumas y sprays sintéticos, llenará el cabello de productos químicos que pueden causarle sequedad y deshidratación. Además, una espuma, un spray, un gel o un fijador degradan el bienestar de su cuero cabelludo, interrumpiendo la circulación natural.
Acostarse con el cabello mojado o húmedo (o lo que es peor, salir a la calle con el cabello húmedo) resulta una forma infalible de contraer una gripe. Además, el cabello sufre mucho. Cuando el cabello está mojado, es más frágil y susceptible de lesionarse; su estructura se descompone enseguida. Las fibras capilares son sumamente complicadas de reconstruir.
Tienen el potencial de agudizar la estática capilar, retuercen y arrancan las hebras. Quien se tome en serio el cuidado capilar tendrá que optar por el cepillo o peine apropiado. Uno de los mejores peines que puede escoger es uno de madera de dientes anchos: cepilla el cabello, masajea el cuero cabelludo y favorece el flujo sanguíneo, por lo que suministra oxígeno a los bulbos pilosos.
A pesar de que tantos detergentes y suavizantes otorgan a los gorros y bufandas un olor y una suavidad espléndidos, no van a renovar su cabello. Casi todos los detergentes en polvo, suavizantes y cápsulas poseen la misma carga eléctrica que el cabello. Por eso... si dedica tanto esfuerzo a lavar sus bufandas, gorros o suéteres, lo más seguro es que su cabello se haga electrostático. Si desea atenuar este efecto, use suavizantes antiestáticos y ahorre detergentes al lavar la ropa.
Comentarios: #0