Los problemas capilares y del cuero cabelludo no son raros. Ocurre que ningún preparado disponible en una farmacia o droguería es capaz de hacer frente a un problema; en este caso, la mejor solución es dejar de intentar curar la dolencia por tu cuenta, porque lo único que conseguirás es empeorar aún más la situación.
Las dolencias del cuero cabelludo son estudiadas por la tricología, que es una rama de la dermatología (en griego trichos significa cabello). Su figura seminal fue Enzo Formentini, profesor y catedrático de la Universidad de Bolonia. Se puede decir que la tricología es un tipo de innovación médico-estética que cubre el vacío existente entre la ayuda que proporciona el campo de estudio de la dermatología y los tratamientos de embellecimiento del cabello. Se desarrolló para definir las dolencias de una persona concreta y tratar problemas del cuero cabelludo y el cabello como:
La innovación de la tricología depende de la combinación de los logros más recientes con los conocimientos de algunos campos de estudio: cosmetología, cosmética, peluquería, dermatología, fisioterapia cosmética, medicina estética e incluso psicología y ciencias de la alimentación.
Un tricólogo realiza un análisis preciso del cuero cabelludo y los bulbos pilosos. Este especialista puede denominarse coloquialmente médico capilar. La principal tarea de un tricólogo es realizar un reconocimiento médico del cabello del paciente, su estilo de vida, los cosméticos que se aplica y los medicamentos que toma para proceder después a un examen exhaustivo del cuero cabelludo y el cabello del paciente. Además, el tricólogo selecciona los productos adecuados para tratar un problema capilar concreto y, si es necesario, sugiere tratamientos especiales que deben realizarse en la consulta del médico.
La primera cita concertada con un tricólogo puede durar un poco más que las demás: el especialista realiza lo que se denomina un diagnóstico tricológico, que es una especie de "estudio de fondo" del cabello. A continuación, el tricólogo rellena un formulario especial, formulado en un instituto, y elabora un historial del paciente (una historia clínica). Gracias a este documento, es posible controlar el progreso de un tratamiento, ya que permite reaccionar rápidamente durante todo el proceso de curación y acondicionamiento del cabello.
Para que el examen sea fiable, debe estar bien preparado para la primera visita que vaya a realizar. Esto significa que no debe lavarse el pelo al menos un día antes de la visita concertada para ayudar al especialista a evaluar cómo funcionan sus glándulas sebáceas y cuál es el grado de queratinización de la epidermis. Además, debe abstenerse de aplicar cosméticos para el cabello (lacas, espumas, geles, etc.). Por último, pero no por ello menos importante, no debes teñirte el pelo antes de visitar a un tricólogo. Sin embargo, si te apetece teñirte el pelo, puedes hacerlo unas semanas antes de la cita.
Seguramente, un tricólogo te preguntará cuál es el motivo de tu visita, es decir, qué es lo que te preocupa. Además, el especialista le pedirá que le resuma los signos preocupantes que ha notado. Las otras preguntas pueden ser:
Es mejor visitar a un tricólogo equipado con un conjunto de resultados de pruebas de laboratorio que no sólo ayudan al especialista a establecer un diagnóstico preciso, sino que también aceleran significativamente el proceso de curación. Es muy probable que en la primera visita un tricólogo te pida que realices una serie de pruebas de laboratorio para analizarlas en la siguiente visita. No obstante, se aconseja hacerlas con antelación para que el especialista pueda ofrecer al paciente el diagnóstico correcto y comenzar antes el tratamiento.
Un conjunto de pruebas de laboratorio que un paciente que visita a un tricólogo debe tener consigo:
Siempre que merezca la pena hacer las pruebas de laboratorio generales de antemano, es posible que te pidan que realices las pruebas hormonales (incluidas las de tiroides) durante el curso del tratamiento.
El examen tricológico básico y el más crucial es la tricoscopia, que es un examen por imagen que requiere el uso de un microscopio de 200 aumentos. Gracias a este dispositivo, un tricólogo puede evaluar el estado del cuero cabelludo y su tipo, así como el estado de los folículos pilosos y los vasos sanguíneos circundantes. Con esta información, el especialista puede establecer un diagnóstico individual y seleccionar los tipos de tratamientos y fármacos que ayudarán a tratar una dolencia concreta.
Un examen más detallado que puede realizar un tricólogo, si es necesario, es el uso de un dispositivo especial (una especie de analizador capilar digital) sincronizado con un programa informático específico. Permite realizar un análisis muy detallado del estado del cuero cabelludo y del cabello, incluidas sus capas externas (nivel de porosidad del cabello) y sus estructuras internas. Gracias a este aparato, también es posible realizar un análisis en profundidad de los bulbos pilosos, evaluando su grosor y estado. Además, este aparato puede contar el pelo y definir la fase en la que se encuentra un determinado cabello. Además, el analizador digital proporciona el porcentaje de cabello que se encuentra en fase de crecimiento y lo compara con el porcentaje de cabello que se encuentra en fase de reposo y se está apagando.
Un tricólogo se ocupa de problemas muy graves que afectan al cuero cabelludo y al cabello, por lo tanto, una vez que te das cuenta de que no eres capaz de hacer frente a alguna dolencia capilar, la visita a la consulta del tricólogo puede parecer inevitable. También hay que tener en cuenta que el hecho de que un tricólogo pueda ayudarnos depende de las respuestas detalladas que le demos en la primera consulta.
Muchas dolencias relacionadas con el estado del cuero cabelludo y el cabello pueden curarse en casa gracias a la selección de productos adecuados, delicados y naturales con los que tratar el cabello. Con frecuencia, el engrasado del cabello resulta ser inmensamente útil. Aun así, es buena idea acudir a un tricólogo para que defina profesionalmente el nivel de porosidad del cabello y el estado del cuero cabelludo. Gracias a ello, podremos intensificar la acción que ejercen los aceites naturales y los lavados capilares.
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