El decir que un mechón de cabello es un tejido muerto es cierto sólo en parte.
En realidad, el tallo del cabello -la parte que sale de la piel, aquella que cuidamos- está muerto.
No obstante, en las capas de la epidermis está la parte más importante de nuestro cabello que está realmente viva: los folículos. Tienen venas y se alimentan de sangre, de acuerdo con la circulación de nuestro cuerpo y los elementos que se les suministran. También contienen el bulbo, es decir, la parte más importante. De ellos depende el aspecto, el grosor, la fuerza y la velocidad de crecimiento del cabello. Además, la papila pilosa es una de las partes del cabello, encargada de absorber los nutrientes.
Tener conocimiento de cómo se forma el cabello y de cómo funcionan las partes internas y externas es extremadamente importante para elegir los cuidados capilares adecuados. Tales conocimientos sirven para decidir qué cosméticos y qué tipos de cuidados son los adecuados. Por otra parte, destaca que no hay que olvidarse sólo de la parte sin vida, ni tampoco de los folículos. Las hebras necesitan toda una gama de ingredientes encargados de su salud, belleza y fortaleza.
La Hairología es como una enciclopedia sobre la salud capilar en la que se describe la forma de cuidar y nutrir las hebras para hacerlas crecer más largas, fuertes y llenas de vida.
En términos generales, una vitamina es un compuesto orgánico con diversas estructuras y propiedades. Resultan imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Al no ser exógenas (el organismo no tiene capacidad para producirlas), es necesario aportarlas de forma constante desde el exterior, por ejemplo, con la alimentación. El estado y el bienestar general, además de la belleza de nuestro cabello, piel y uñas, dependen de su presencia.
VITAMINA A (retinol) - es la encargada de todo el ciclo de renovación celular de nuestro organismo, incluyendo el cabello. Además, sirve para proteger las hebras de los agentes atmosféricos y las toxinas del medio ambiente. El déficit de vitamina A frena el crecimiento del cabello, provoca una mayor caída, así como sequedad y puntas abiertas.
VITAMINAS DEL GRUPO B:
VITAMINA C (ácido ascórbico) - se trata de un antioxidante sumamente potente que lucha contra los radicales libres en las células, frenando los procesos patológicos que se pueden producir en el organismo. Evita la caída del cabello, refuerza su elasticidad y acondiciona.
VITAMINA D (calciferol) - un déficit de la misma agrava la caída del cabello, sobre todo en la fase telógena, el período de reposo. La carencia de vitamina D en el organismo precipita la muerte del cabello y su caída de la piel. Por eso, a menor cantidad de vitamina D en el organismo, más cabello pasa de la fase de crecimiento a la fase de reposo - semejante distorsión de las proporciones provoca una intensa caída del cabello.
VITAMINA E (tocoferol) - Lucha frente a los radicales libres y contribuye al traslado de nutrientes vitales a todas las células del organismo. Consolida las paredes de los vasos sanguíneos y refuerza el riego sanguíneo del cuero cabelludo, haciendo más fácil el trabajo sobre los bulbos pilosos y consiguiendo que el cabello esté más firmemente arraigado en los folículos. La falta de éste provoca que las hebras se vuelvan opacas, frágiles y carentes de flexibilidad.
VITAMINA F - no son más que ácidos grasos poliinsaturados (AGE), fundamentales para el buen funcionamiento del organismo. Se encargan de los procesos celulares más relevantes, perfeccionan su funcionamiento, refuerzan el sistema inmunitario y ejercen un efecto positivo sobre la condición del cuero cabelludo y el cabello, ya que los regeneran. Los AGE evitan también la hipoxia de las células corporales y, en su lugar, las rejuvenecen y posibilitan su adecuado funcionamiento. La vitamina F se encuentra predominantemente en los aceites naturales, por ello la lubricación del cabello es tan importante para su salud y belleza.
VITAMINA H (clasificada también como vitamina B7) - llamada habitualmente biotina. Contiene cantidades importantes de moléculas activas de azufre, indispensables para la formación de queratina (la proteína esencial del cabello, principal componente de la matriz). La biotina interviene de forma directa en el proceso de queratinización. Gracias a ella, se desarrolla bien y el cabello adquiere grosor, elasticidad y ya no se rompe ni se quiebra.
VITAMINA K (filochinon) - No desempeña ningún papel importante en el cuidado del tallo piloso, sin embargo, los bulbos pilosos padecen mucho su carencia. ¿Por qué? Ellos pierden su fuerza. El cabello con carencia de vitamina K se debilita en el folículo - es particularmente conflictivo cuando el cabello se ve afectado por glándulas sebáceas seborreicas - en ese caso el cabello sobrecargado de sebo puede llegar a salirse del folículo. Esto provoca el adelgazamiento del cabello.
Teniendo en cuenta que el cuerpo humano no tiene la capacidad de generar vitaminas por sí mismo, es necesario recordar que hay que ingerirlas diariamente y en las dosis apropiadas. Cabe señalar que en un primer momento se emplean en los procesos responsables de la salud y la vitalidad, y sólo más tarde (si se dispone de la cantidad suficiente) para fines de cuidado y belleza. En caso de carencia de vitaminas, el cabello, la piel y las uñas se ven afectados. Así pues, es fundamental aplicar tratamientos capilares periódicos, de preferencia con el uso de aceites naturales, ya que son fuentes de vitaminas y minerales. Hay que aplicar aceites naturales en el cabello y el cuero cabelludo. Gracias a ello, el cabello obtiene un cuidado y una nutrición exhaustivos desde los bulbos hasta las puntas.
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